Los hábitos de consumo de alimentos han cambiado a lo largo de la historia. Con el avance de la agricultura comercial, ha aumentado el consumo de ácido linoleico (AL o LA por sus siglas en ingles), especialmente dado por el aumento en el consumo de aceites vegetales (maíz, soja, etc.). Sin embargo, en las últimas décadas se está promoviendo el consumo de alimentos más saludables, ricos en ácidos grasos poliinsaturados omega-3 como el alfa acido linolénico (ALA) de origen vegetal y el ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA) de origen animal (peces).
Varios trabajos han demostrado el efecto beneficioso que tienen los ácidos grasos omega-3 sobre la salud humana, por ejemplo, sobre el sistema cardiovascular (Mori et al., 2000), a nivel neurológico en ancianos (Bourre 2004) o mejorando desordenes psiquiátricos (Peet and Stockes 2005), etc. También se ha observado que los omega-3 son importantes para el desarrollo embriológico (Jensen 2006), tanto en humanos como en animales. Se cree que el principal mecanismo de acción es a través de la alteración de la composición y función de las membranas (fosfolípidos), y también a través de la expresión de los genes.
Una de las formas de enriquecer la dieta humana con omega-3, es aumentando el consumo de estos ácidos grasos en los animales de granja. Uno de los primeros alimentos comercializados “ricos” en omega-3 fueron huevos provenientes de gallinas que consumían dietas con alto contenido de este ingrediente (Surai and Sparks 2001). En el caso de los rumiantes, que cuentan con un rumen con capacidad para saturar los ácidos grasos insaturados, estas fuentes deben estar protegidas contra dicha biohidrogenación ruminal. Debido a esto, NOREL ha desarrollado una fuente de omega-3 (ALA) protegido (HI-FLAX®) para rumiantes. Este producto, además de mejorar el contenido de omega-3 en leche, mejora el rendimiento productivo y reproductivo de la vaca. Se ha observado que el consumo de leche enriquecida con omega-3, ácido fólico y vitamina E reduce significativamente los niveles de triglicéridos, el colesterol total y colesterol LDL en pacientes con síndrome metabólico (Benito et al., 2006).
Los alimentos saludables o también llamados alimentos nutraceúticos, han llegado para quedarse. Debido esto, en el mercado de los lácteos, las carnes y los huevos, los productores tendrán que encontrar la mejor forma para hacer frente a estos cambios, diferenciando sus productos
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