Aceites esenciales: actividad antibacteriana contra bacterias patógenas entéricas

Los aceites esenciales y sus componentes se usan cada vez más en la alimentación animal por sus propiedades antibacterianas. Sin embargo, las concentraciones en el alimento son generalmente más bajas que las establecidas como antibacterianas según los ensayos in vitro. Así pues, es importante estudiar los aceites esenciales más eficientes y las sinergias fruto de sus interacciones para mejorar su eficacia como aditivos en piensos. El objetivo de este estudio, presentado en (ASAS 2017), desarrollado en el marco de un proyecto INNTERCONECTA financiado con ayuda del CDTI y cofinanciado por la Unión Europea (fondos FEDER), fue comprobar la actividad antibacteriana in vitro de tres aceites esenciales (clavo, orégano y pimienta negra) individualmente y en combinación, y el de tres de sus principales componentes (cinamaldehido, timol y carvacrol) respecto a cepas tanto de colección como de campo de E. coli, Salmonella enterica ssp. enterica y Cl. perfringens. La concentración mínima inhibitoria (MIC) fue estudiada por triplicado usando una metodología de microdilución en caldo a pH6. Se determinaron las MIC de los 6 productos por separado y, posteriormente, se valuaron 11 combinaciones de dichos productos. Los resultados indicaron que todos los productos por separado, a excepción de la pimienta negra, demostraban actividad antimicrobiana contra todas las cepas usadas en la prueba tanto Gram positivas como Gram negativas. El carvacrol tuvo la mayor actividad antimicrobiana, con una MIC50 de 300 ppm contra las tres bacterias, seguido del cinamaldehido, con una MIC50 de 600 ppm contra E. coli y Salmonella y 300 ppm contra CL. perfringens. La mayoría de las combinaciones demostraron un incremento notable de la actividad antimicrobiana respecto a sus componentes por si solos contra todas las cepas de bacterias empleadas. La combinación de cinamaldehido, timol, carvacrol y clavo tuvo los mejores resultados antibacterianos, con una MIC50 de 150 ppm frente a las tres bacterias, seguida de la combinación de cinamaldehido y carvacrol. El resultado de este estudio confirma que la actividad antibacteriana de algunos aceites esenciales y sus componentes puede ser incrementada con su uso de forma combinada, aunque se necesitan más investigaciones para entender dichas interacciones y su efecto in vivo.