El estudio del comportamiento trófico de un animal se entiende como la búsqueda, selección y el consumo del alimento.
El gato doméstico, sin acceso al exterior para la caza, depende del alimento proporcionado y por lo tanto no decide ni, selecciona, ni dedica tanto tiempo a la búsqueda de alimento como sus ancestros.
La mayoría de las veces recibe el alimento que mejor se come o que se come con mayor rapidez, o por el que demuestra el mayor interés o expectación o aquel que mejor precepción tiene a nivel de quién lo elige.
Por lo tanto, la ingesta del alimento estará condiciona por muchos más factores domésticos que simplemente fisiológicos o propios del deseo del animal.
El objetivo de una buena alimentación, será aquel de proporcionar al animal la cantidad y calidad de nutrientes necesarios, determinados por sus requerimientos según su condición de genética, edad, raza, y actividad entre otros, calculados según las indicaciones de los nutricionistas.
El tipo de alimento que haya consumido el animal durante sus primeras edades marcará notablemente sus preferencias de adulto y sólo preferirá alimentos nuevos si los encuentra realmente palatables.
Dentro de la amplia gamma de alimentos que podemos encontrar en el mercado perfectamente formulados por las diferentes casas comerciales, podemos elegir aquel que satisface tanto las necesidades del animal como el que sea más atrayente gracias a su aroma, uno de los factores que sin duda inclina a los animales a decantarse por uno u otro tipo de alimento, bien sea por un recuerdo, bien sea porque hace el alimento más apetecible, ya que los sentidos del gusto y el olfato de los gatos son fundamentales en la elección del alimento.
Según una encuesta realizada por SPF (2011) la percepción del humano sobre el olor del pienso es el tercer factor más valorado en la elección del alimento.
Por lo tanto, la incorporación de un aroma al pienso, facilita la atracción, la ingesta, así como la preferencia por un alimento y en edades tempranas facilitará el proceso de adaptación a un nuevo ambiente.
Aromas como el APETENZYMA 2508, o APETENZYMA 2526 con aroma a carne, son un ejemplo de cómo hacer más apetecible un alimento y garantizar la aceptación de éste por los gatos domésticos.
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